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29 abril, 2024
Red Entrerriana
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Pasó la desesperación y regresó la felicidad

Alejado del fútbol Sergio Chitero trabaja como encargado en un edificio y ordenanza en una escuela. El Checo luce su habitual alegría en su nuevo escenario laboral.

El día arranca bien tempranito. A las 6 la alarma de su reloj despertador marca el inicio de la jornada. Luego del desayuno, Sergio Chitero emprende el viaje desde San Benito, su lugar de residencia, hacia Paraná. No lo espera ningún predio deportivo para el primer turno de entrenamiento. El fútbol se tomó un descanso en su vida. Hoy tiene un nuevo escenario laboral.

 

 

 

 

 

El delantero vivió momentos inolvidables dentro de un campo de juego. Celebró ascensos en Atlético Paraná y en Patronato. También conquistó el corazón de las hinchadas de los dos representantes que la Liga Paranaense tuvo en el futbol profesional.

Comenzó a despedirse del ámbito rentado en la industria de la redonda después del descenso al Torneo Regional Amateur que sufrió el Decano en marzo de 2019. Se ilusionó con una oportunidad en otro elenco del Torneo Federal A, pero esa chance no llegó. Por eso despuntó el vicio en la Liga de Paraná Campaña jugando para Seguí FBC, donde llegó a reunir un dinero a modo de viático.

En ese momento sus ahorros le permitieron amortiguar la falta de ingresos económicos, pero los mismos comenzaron a desvanecerse. “Un mes y medio, dos meses atrás, la pasé realmente muy mal. Entraba en la desesperación por no conseguir trabajo. Siempre estuve abocado a lo futbolístico, pero sé hacer un montón de cosas y me he defendido”, describió Chitero, en diálogo con Ovación.

En busca de un empleo el Checo golpeó puertas. Aquellas que imaginó que iban a estar abiertas se cerraron. “Gente que creía que podía ayudarme, por afinidad, por poder o por un montón de cuestiones, no me respondió. Son cosas que no lo entiendo”, se lamentó.

Otras, las que no proyectó, iluminaron su destino. “Apareció gente buena que nos abrió caminos, como María Beatriz Tentor y Pablo Rodríguez, el kinesiólogo del club Paraná, y Adela Ramírez. Gracias a ellos hoy tengo dos trabajos. Pero también le agradezco a Jésica Iglesias, la esposa de Gabriel Graciani, y a Walter Andrade y Germán Kranz, quienes me brindaron una ayuda importante”, enumeró.

“Estoy feliz porque tengo dos trabajos que no están relacionado al deporte. Pero en esta situación donde es complicado conseguir laburo soy un agradecido total”, valorizó.

—¿Qué estás haciendo en la actualidad?

—Estoy de encargado en un edificio. Conseguí este trabajo gracias a María Beatriz Tentor, que es familiar directa de mi señora. Tengo que limpiar, sacar la basura, cosas comunes que lo disfruto. También estoy como ordenanza en la escuela Primaria Nº 99 Tabaré. Entré gracias a Pablo Rodríguez, que fue quien me presentó a Adela Ramírez. Hago todo lo que esté relacionado con el mantenimiento y limpieza de pisos. Hoy en día es poco el movimiento a raíz de la pandemia. Pero en la escuela funciona un comedor al que asiste mucha gente del barrio Capibá, personas que tienen muchas necesidades. Realmente el trabajo que lleva adelante el personal docente y todos los que trabajan en el comedor es magnífico. Uno conoce realidades y saben cómo son, pero ahora lo veo más de cerca y realmente hay muchas necesidades. Cuando pueda hacer algo desde el lado deportivo, apoyaré porque los niños lo necesitan.

 

—¿Cómo te sentís en tu nueva vida?

—Siempre trato de buscar la felicidad en todo momento. Estoy tomando mate y estoy feliz, estoy con mis gurises y estoy feliz, estoy con el perro y soy feliz. Tengo tiempo para hacer algo en casa, como trabajo de mantenimiento o herrería y soy feliz. He trabajado cortando el césped en el predio del Negro Andrade y Germán Kranz, a quienes les estoy muy agradecido, y fui feliz. Así como soy en el fútbol soy en la vida. Siempre me manejé igual. Trato de buscar la felicidad y plenitud en pequeñas cosas. Lógicamente que lo que más felicidad me da en la vida es jugar al fútbol o estar ligado al deporte, pero trato de estar siempre de la mejor manera. Me gusta lo que hago. Aspiro a seguir en lo deportivo y ojalá pueda hacerlo en el día de mañana.

—¿Tenés algo proyectado con los chicos del barrio?

—Al tener conocidos en el deporte tengo diagramado algo en la cabeza. Ojalá se pueda dar algo más adelante acercar alguno, o acercarlo a una institución deportiva para que los chicos conozcan y tengan roce con Patronato, Paraná, que son los que han estado en el profesionalismo. Quizás la realidad de ellos es que lo pueden ver por televisión o escucharlo por radio, pero no personalmente y eso sería genial.

—¿En tus trabajos te identificaron como el futbolista que ascendió en Patronato y en Paraná?

—Sí, tanto en la escuela como en el consorcio hay gente futbolera. En el edificio está Martín Torrealday, que es hincha de Patronato y me conoció enseguida. Estuvimos hablando y charlando un montón de veces. Lo mismo con la gente de seguridad del edificio. Enseguida sale la charla de fútbol, y más ahora que no podemos ver fútbol por ningún lado, excepto la Bundesliga. Gracias a Dios siempre la gente me trata bien y me transmite su cariño. Eso me lo reconforta mucho y más como me he comportado en un campo de juego. Me habló mucha gente de que le han dicho de lo que soy. Eso es lo que me llevo del fútbol: el reconocimiento y lo que hice en el deporte a nivel local con los dos clubes cuando es difícil quedar bien en los dos clubes.

—El descenso con Paraná marcó tu salida del profesionalismo. ¿Te costó retornar a un torneo amateur?

—No me costó porque salí del amateurismo. Aparte encontré un grupo muy bueno. Con mi experiencia fui orientando a los chicos que tienen muchas condiciones. De hecho algunos chicos que han salido de Paraná Campaña que están en Patronato. Hay un defensor de Seguí y eso me pone muy contento porque tiene condiciones. Patronato es una buena vidriera para los futbolistas de la provincia y tiene que buscar su identidad propia y sentido de pertenencia porque se van yendo los Andrade, los Bértoli, los Graciani, los Lucas Márquez. Hoy solamente está Lautaro Comas. Lo que me costó fue no haber arreglado con un club de Federal A. Creía que tiene con que hacerlo. Me sentía totalmente pleno, bien físicamente. Me costó eso después de lo que pasó en Paraná. Asimismo me llamó mucho la atención, más allá de que son decisiones que respeto, no poder seguir en Paraná un tiempo más. Merecía retirarme ahí, con esos colores que tanto quiero y tanto he defendido. Son decisiones que respeto, cosas de la vida que tengo que afrontarlas y asumirlas.

Otro traje.

Chitero no cerró su vida deportiva. Aspira a colgar los botines a fines de 2020 si el escenario sanitario permite el normal desarrollo en la Liga de Fútbol de Paraná Campaña. Aunque en la actualidad tiene otro objetivo. “Quiero dirigir. El jugar ya pasó”, aseveró. “Si bien puedo jugar quizás hasta fin de año porque quiero creer que estoy bien físicamente, ya estoy pensando de otra manera. De hecho estoy planificando constantemente y viendo un montón de cuestiones que tienen que ver con entrenamientos, planificaciones, conceptos tácticos y demás. Estoy más pensando como técnico que como jugador. Tal vez pueda seguir jugando hasta fin de año, pero cuando tomo una decisión, es con firmeza. Estoy con ganas de dirigir, volcar el conocimiento hacia otro y a la vez seguir aprendiendo”, agregó.

Como conductor de equipo, el Checo tiene un gran anhelo: “Me encantaría dirigir a Atlético Paraná”, subrayó. “Sin dudas que sería muy grato, pero en este caso sería más adelante. Soy respetuoso del trabajo que está llevando adelante el entrenador, pero en un futuro uno tiene la ilusión. Aparte me creo con la capacidad suficiente, la experiencia. Después tendré que volcar esos conocimientos en el día a día, en los entrenamientos. Esperemos que algún día suene el teléfono y sea para dirigir algún club, porque me encantaría”, añadió.

Al momento de definirse como entrenador, describió: “Si bien me gusta el trabajo formativo prefiero tener mayores responsabilidades, por eso aspiro a dirigir Primera División”. “A los chicos adolescentes se les puede hablar de otra manera y a su vez hacerles abrir los ojos para que tomen el rumbo correcto de la vida, el de los valores, ser respetuoso, estudiar, trabajar y tener responsabilidad en el deporte. De todos modos me gustaría más dirigir en Primera División. Igual me adapto porque con los más chicos también me llevo bien, pero la pedagogía es otra”, agregó.

Hasta la eternidad.

Los libros de historia ubican a Chitero dentro del selecto grupo de futbolistas que ascendieron de categoría vistiendo el escudo de Atlético Paraná y Patronato. Comparte este lugar de privilegio junto a Leonardo Acosta y Mariano Echagüe. “El Leo es un amigo y Pipo Echagüe es un excelente ser humano. Este dato me pone contento porque son cosas que en la vida, y especialmente en el fútbol, no suceden. Tener ese prestigio de haber ascendido en las dos instituciones a mí me llena de felicidad. Son los dos clubes que representamos en su momento a nivel nacional. Feliz por ese logro que ha quedado en la historia. Por los siglos de los siglos seguiremos ahí. Y el día de mañana hablarán y dirán que esos tres muchachos ascendieron con los dos clubes”, infló el pecho.

 

La decepción del Checo

Sergio Chitero porta una sonrisa en cada momento del día. Agradece a las personas que le abrieron nuevas oportunidades. Pero la herida producida por la decepción que le produjeron algunas personas está presente. “Hubo gente que está vinculada a la política que me prometió un trabajo. Gente que hoy está en un cargo importante y hoy es vecino de mi localidad que asumió no hace mucho. Gente a la cual le creí, que está en un cargo importante y pudieron hacer algo y no lo hicieron. Y me llama poderosamente la atención porque me he comportado muy bien”, afirmó el delantero. “A su vez tengo que agradecer al Bicho Gómez (actual secretario de Deportes de la Provincia). Él fue uno de los pocos que dio la cara, me atendió y me dijo ‘en este momento no te puedo prometer nada’. Al menos tuvo ese gesto de decir las cosas de frente y atenderme. Otros hicieron la vista para otro lado y eso es lo que mas dolió. Más por cómo soy, por cómo me manejo en la vida. Entiendo todos los compromisos que pueden llegar a tener, pero hay que ser francos y directos”, cerró.

 

 

 

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