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10 enero, 2025
Red Entrerriana
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Servicios ya reprograman las fiestas y los eventos para el año que viene

Estiman que pasará mucho tiempo hasta que se habiliten nuevamente las reuniones sociales. Advierten que no tienen ingresos ni ayuda estatal.

 

Una de las primeras actividades que se suspendieron, incluso una semana antes de que se decretara el aislamiento preventivo y obligatorio para frenar el avance del coronavirus en el país, fueron las reuniones sociales. De esta manera, las fiestas de 15, de casamientos u otras celebraciones por el estilo no pudieron realizarse.

Además de quedar truncos los sueños de quienes iban a festejar algún acontecimiento especial en su vida y se venían preparando con mucha anticipación para disfrutar junto a sus seres queridos tal cual lo anhelaron, la situación económica de quienes se dedican a los distintos servicios para fiestas se vio severamente afectada.

“Fuimos los primeros en parar y seremos los últimos en volver. Es una realidad que nos entristece y nos preocupa, no solo por nuestro equipo y nuestro trabajo, sino también por quienes están del otro lado, postergando cumplir sus sueños y con mucha incertidumbre”, escribieron en su fanpage desde una de las empresas gastronómicas de la región.

En este contexto, Verónica Gareis, quien junto a su familia tiene un servicio del rubro hace una década, comentó a UNO: “Este año no sé si podremos volver. Las mayores dificultades se van a dar el año que viene, ya que pasar las fiestas que teníamos para 2020 a 2021 significa que se nos pueden superponer fechas con otras que ya están pautadas para el próximo año”.

Sobre este punto, señaló: “Nosotros podemos trabajar con dos eventos por noche o por fin de semana, en ese caso no hay problema. Pero una cuestión bastante difícil es volver a organizarnos todos los que ya formábamos parte de un evento, como el DJ, el fotógrafo y demás. Postergarlo para el año que viene significa buscar de nuevo fecha en el salón, después consultarle a todos los servicios cuál de esas fechas ofrecidas tienen disponibles ellos, y de ahí organizarnos para ver si todos podemos coincidir en una misma noche”.

Gareis mencionó que por ahora empezaron a posponer los eventos que estaban programados para abril y mayo y no se pudieron realizar. “Algunas familias tomaron la decisión de pasarlas directamente al año que viene, e incluso tengo fiestas de septiembre a noviembre que también definieron postergarlas para no estar en la incertidumbre de lo que va a pasar, porque la realidad es que no sabemos cuándo terminará esto”, indicó.

Asimismo, remarcó: “Más allá de que estar parados nos complica económicamente, como a todas las familias que no han podido trabajar en la pandemia, se nos complica tener que reprogramar los eventos, porque en nuestro rubro no tenemos ni siquiera fecha de regreso. Vamos buscando maneras de ir subsistiendo e ir paliando la situación hasta que podamos volver”.

Si bien en su caso ninguno de sus clientes optó por cancelar la celebración, admitió que sabe que a muchos de sus pares sí les ocurrió. “Por ahí hay fiestas de 15 y las chicas ya no quieren festejarlo cuando cumplan 16. Y además está la cuestión económica de cada familia. Muchas sufrieron restricciones en sus ingresos por la cuarentena y quieren postergar por ese motivo: teníamos por ejemplo una recepción en noviembre que se pasó para enero, con el fin de que tengan más tiempo de reunir el dinero y puedan festejar todos”, refirió.

Otra dificultad de retrasar la fecha es que los precios de los insumos siguen subiendo.

Micaela Petrussi se dedica al alquiler de vajilla y su papá tiene un servicio gastronómico desde hace varios años. Sobre la situación actual, señaló: “Teníamos fechas reservadas desde marzo hasta octubre o noviembre de este año. La mitad se ha postergado para el año que viene, y la otra mitad directamente suspendió la fiesta”.

En este marco, afirmó que a aquellos que postergaron el evento y pagaron la mitad, les avisa que va a haber un ajuste en el monto que está pendiente de pago, porque todo sube. Y a la gente que ya pagó todo le mantienen el precio.

Aunque desde el punto de vista legal no están obligados a devolver la seña cuando alguien decide cancelar el festejo, en su caso prefirió acordar el reintegro del 50%. “Por ahí es un cumpleaños de 15 y dicen que no le ven el sentido a festejarlo un año después. Con mis clientes firmamos un contrato en el que les garantizo que les voy a devolver la mitad si ellos suspenden la fiesta por algún problema familiar o un motivo parecido, pero no está contemplado todo esto de la pandemia, porque nadie se lo esperaba. Sé que hay colegas que no devuelven el dinero cobrado”, dijo.

Petrussi contó que en el rubro la mayoría no puede acceder a una ayuda estatal, como por ejemplo el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), porque no cumplen los requisitos. Sin ingresos y con la seña ya invertida de antemano, ella está vendiendo ropa para poder reunir el dinero que va a devolver, pero no es fácil: “Le pedimos a la gente que tenga paciencia, porque las fiestas son nuestra fuente de ingreso, y estamos complicados, como les pasa a muchos. Nosotros hasta hemos recibido amenazas de personas que quieren recuperar enseguida la plata de la seña o del total que pagaron”, lamentó.

Armando Andino desde hace 30 años se dedica al rubro y tiene un convenio con el Club Paraná, a partir del cual la institución deportiva alquila el salón y él brinda el servicio gastronómico y todo lo que hace falta para una fiesta de 15, un cumpleaños, un casamiento y demás. Apurado por volver a trabajar, comentó a UNO: “Hace muchos años que estamos en el club con el servicio de lunch. Ahora le hemos hecho mejoras al salón esperando que pronto nos habiliten. Ya le he llevado un protocolo a la Municipalidad y espero que me contesten. La semana que viene quiero armar el salón como lo proponemos y llamar a la gente del municipio para que vean que es posible hacer una fiesta de manera segura y nos dejen volver a la actividad”.

“Teníamos fechas reservadas y hemos corrido algunas para después de septiembre, y otras para el año que viene. La gente ha entendido y lo aceptó”, indicó.

Darío Andino, quien también tiene un servicio gastronómico hace años, sostuvo: “La pandemia nos afectó al 100%. Van a hacer 120 días que estamos parados y no sabemos qué va a pasar en lo que resta del año. Yo ahora estoy haciendo changas para subsistir”.

Por su parte, Juan Carlos Ortega, quien tiene un servicio gastronómico desde hace 20 años, explicó: “El 50% de quienes tenían reservada una fecha para una fiesta en estos meses de cuarentena ya no la quiere hacer, y el otro 50% está viendo qué pasa, porque todavía no hay nada definido”.

“Nosotros les aconsejamos que lo reprogramen para marzo, abril u otra fecha del año que viene, para asegurarnos de que ya haya terminado la pandemia, pero eso depende de cada familia. Hay mucha gente que no sabe qué hacer, porque no podemos darle un valor de la tarjeta ahora, ya que las cosas han subido enormemente y es imposible pasar un precio con anticipación”, aseveró.

Según contó, en marzo tenía tres eventos y en mayo dos, que ya estaban pagos en su totalidad, y comentó: “Hay dos que me dijeron que ya no lo van a hacer y los demás están indecisos”.

De los 16 presupuestos que le pidieron para recepciones de escuelas ninguno se concretó, y le suspendieron además otras fiestas pautadas para septiembre y diciembre debido a que no se sabe hasta cuándo el coronavirus seguirá siendo una amenaza. “Se me vencieron 40 cajones de gaseosas de primera marca, que cuestan una fortuna. Ahora hago sorrentinos o empanadas por encargo, y la otra semana planifiqué vender asado con cuero pero llovió, pero todo esto es para sobrevivir, porque no es casi nada la ganancia”, manifestó por último, dando cuenta de la angustiante situación del sector.

 

 

 

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